domingo, 30 de noviembre de 2008

Lujos en estado puro

Hoy en día el concepto de lujo se ha vuelto tan elástico que resulta muy diferente, dependiendo a quien le preguntes, definirlo. Sin embargo si es cierto que todo el mundo cuando piensa en lujo, sea lo que sea, piensa en lo que le resulta difícil de conseguir y por lo tanto es extremadamente valorado. No todo lo que consideramos lujo tiene un precio en euros… y aquí pongo algunas ideas:
Tiempo: “Gozar es saber perder, en el buen sentido, el tiempo”. No se trata tanto de lucir un reloj exclusivo, si no de ser dueño de las horas que marca.

Amor: Resume muchas de las emociones que los objetos de lujo tratan de suplir. El amor es la experiencia vital más buscada y valorada, y como no, no tiene precio.


Hijos: Tener hijos y verlos crecer. En el plano emocional poca cosas son comparables. Sin embargo ésto es algo que hoy en día no todo el mundo se puede permitir.



Experiencia: Disfrutar de la experiencia trasciende al mero acto de la compra. No se trata solo de ver Roma, si no de vivir Roma. No se trata solo de comprar un tratamiento de belleza rejuvenecedor, si no de la experiencia desde que empieza el tratamiento hasta que acaba.

Sueño y descanso: El estrés, la familia o la vida social hace difícil disfrutar del descanso. Hay elementos básicos como el silencio o el espacio que son escasos y acceder a ellos ha pasado a ser una forma de distinguirse.

Yo me apunto a todos y cada uno de ellos.

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