martes, 25 de agosto de 2009

Que no se note que soy rico.


Dicen los últimos estudios que los millonarios se han vuelto austeros.
Muerte a la extravagancia, ¡ viva la discreción!. Tengo de decir que me parece bien, sobre todo lo de la extravagancia. Cuando pienso en esto siempre me acuerdo de Tio Gilito ( el tío del pato Donald) nadando en una piscina de dinero, de ahí la imagen de este post)
Algo cambia en el modo de comportarse de los más ricos.
Para empezar, son muchos menos (cosas que tienen las crisis financiero-inmobiliarias).
Para los que aún aguantan en la lista se acabó pasear por las millas de oro de las ciudades del mundo con decenas de bolsas de marcas conocidas. Ahora esto está ya dentro del catálogo de cosas “poco elegantes”.Menos es más, que decía Coco.
Los clientes piden ahora embalajes simples, sin marcas.
Además piden que se les envíe la mercancía comprada al hotel (esto a mi personalmente me parece aún mas lujoso si cabe que pasease con las compras, pero en fin!).
Ya no se compran exclusivas series limitadas si no que se buscan valores en los que se pueda invertir… Y un largo etcétera de cambios de hábito de consumo.

A mi todo esto me hace pensar que las marcas de lujo tendrán que reinventarse. Pensar menos en la marca y más en la calidad y en el servicio. Menos relaciones públicas y más marketing. Pero marketing del bueno, del que busca de verdad cubrir necesidades y no crearlas. Ya no se trata tanto de “como hacer que el cliente compre más”, si no de “como hacer que compre mejor”, para que vuelva. Cosa que muy en el fondo es que compre más, pero más convencido. CRM, conocimiento del consumidor y mucho sentido común.

Sin embargo voy a terminar con una frase de Karl Lagerfeld que me encanta:
“Detesto a los ricos que viven por debajo de sus posibilidades”. ¡Claro que si!.Si ellos no dejan volar su imaginación ( y cartera) ¿quién lo hará? El mundo será mucho menos divertido sin las Paris Hilton de turno enseñándonos como ser extravagante y peripuesta hasta el ridículo.

martes, 18 de agosto de 2009

Sin City



Como se conoce a Sydney.
Hace no mucho he estado de visita en Sydney. Tenía mucha curiosidad por saber como era la vida en Australia. Relajada?, Estresada?, Informal?, Social? Deportiva?

Mi Australia, la que yo he visto es un país tan diverso que llega a ser uniforme en su diversidad. Campechano, y tremendamente relajado. No he visto ningún país en el mundo en el que para coger un vuelo interno no haya que enseñar la documentación. Pues así es Australia.

La gran barrera de coral es algo digno de verse. Aunque yo tengo que decir que a mi me hizo tan mal tiempo que me perdí gran parte de los colores, así que… ¡tendré que volver!.

Pero lo que más me llamó la atención de Australia fue Uluru. El gran monolito sagrado para los aborígenes que hay en el centro del país.
Es un trozo de piedra, es verdad, pero impresionante. Lo ves en las fotos y piensas… si está bien. Pero llegas allí y sobrecoge. Tan solo, tan único en mitad de la nada.
Los aborígenes Australianos piensan que todos los seres dejan una huella en el mundo y que cuando se van de él su presencia queda en las huellas que han dejado a su paso. Y cuando se van, los espíritus habitan en los lugares sagrados. En concreto encima de ellos. Por eso para los aborígenes Uluru es sagrado, porque en su cima habitan los espíritus de los grandes hombres de su cultura.
Sin embargo y pesar de que te piden que no lo escales para no molestar a los espíritus hay personas que lo hacen. Tampoco es de extrañar, a fin y al cabo el respeto hacia otras religiones y creencias nunca ha sido una cualidad humana…

En fin, cada lugar del mundo tiene algo especial. Pero lo que tiene de especial Australia para mi, no es nada que se pueda ver, tocar, oler, comer… para mi lo especial de Australia es que es un lugar donde podría vivir. Y esto no lo puedo decir de muchos sitios.