domingo, 15 de mayo de 2011

Retener no es crear una relación



Me he quedado con esta frase. No penséis que voy a hablaros de amor. En realidad me refiero a algo que está muy de moda últimamente, el CRM.
Se habla mucho de como crear una relación con el consumidor y hay un campo entero del marketing dedicado a esto. Relación, algo más que un diálogo.
Hay dos razones por las que un consumidor vuelve y vuelve a comprar una marca; o bien por que esa marca forma parte de su vida y tiene algún tipo de conexión emocional con ella, o porque le ofrece un beneficio.
Es decir, hay dos tipos de lealtad (loyalty) de un consumidor: la emocional y la funcional.

De hecho yo diría que la lealtad emocional incluye una lealtad funcional previamente.
El gran error es pensar que porque un cliente repita la compra está todo hecho y es leal a la marca. Puede ser que simplemente que sea la más barata, o la que está mas cerca, o la que el producto le resulta más conveniente, pero desgraciadamente este tipo de lealtad es muy débil porque es facilmente imitable por un competidor. Leal es, pero sólo funcional y existir existe una relación, pero de conveniencia.
Para que haya una atadura emocional a la marca yo diría que tienen que darse varias cosas.
Lo primero es que la marca encaje en la forma de vida o aspiraciones de vida del consumidor. Es decir que piense que a través de ella y de su consumo expresa lo que es o que le gustaría que los demás considerasen que es.
En segundo lugar,  tiene que ocurrir que la marca se haya tomado el trabajo de identificar al consumidor, le haya asignado un valor como cliente, le haya diferenciado de los demás por sus necesidades, haya interactuado con el ( el famoso dialogo) y haya personalizado (customizado) algunos de los aspectos de su negocio para cumplir y superar sus expectativas.
Esto va más allá de crear un plan de fidelidad, que en la mayoría de los casos es simplemente una forma de reducir el margen.
Se trata de comenzar un dialogo con el cosumidor ( en el que la mayor parte de las veces el dependiente que atiende es la pieza clave) en el que aprendas tanto de él y le des exactamente lo que es quiere que sienta que pasándose a otra marca el trabajo de volver a decir todo lo que le gusta no lo merezca la pena.
La clave para crear esta comodidad son:
- El ambiente; entender en que ambiente se desarrolla la vida del consumidor y como nuestra marca encaja en su vida. Es aspiracional y le hace sentirse mejor? o por el contrario le facilita la vida y soluciona un problema? Cuales con sus objetivos y que trata de conseguir?
Me encanta una frase que dice "cuando alguien compra una taladradora en realidad lo que está buscando es un agujero en su pared, no una taladradora"
-Las expectativas; hay que conocerlas y... superarlas.
-Las emociones; si consigues que tu marca se asocie en la cabeza del consumidor con una buena emoción, perfecto.
-La experiencia; alguna vez os he hablado de la experiencia de la compra, verdad?. En este caso me refiero algo más, la experiencia de la compra, del uso y de la postventa. Solo existe una buena relación si la experiencia es impecable.
Dicho esto tampoco no nos vamos a engañar, un consumidor que nos quiere mucho pero no nos compra no nos sirve mientras que otro que nos compra pero no nos quiere no es sostenible.

No os recuerda esto mucho a un matrimonio?

Ahora vuelve a leerlo todo de sustituye consumidor y marca por marido y mujer ( o lo que tu quieras).

Curioso, eh?

La conclusión final y simplificando mucho, es para que un buen matrimonio/negocio/empresa funcione hace falta dos cosas,
-que las dos partes quieran seguir en la relación porque les satisfaga a ambos y....
-hay que currarselo.

Pues lo mismo se aplica a vuestros clientes. Si es que al final los negocios son un reflejo de la vida.

Bueno, al final si os hablé de amor. Ja Ja Ja

domingo, 1 de mayo de 2011

Una de gurus y talento versus trabajo duro sin extravagancia

Siempre he admirado el talento. Pero dicha admiración ha ido siempre detrás de mi admiración por la calidad humana. Por eso a veces me resulta un poco difícil admirar a los gurús.
Habrá de todo, no lo niego, pero en general aquellos con un extraordinario talento terminan olvidándose de que también son humanos y se encumbran, o quizá los encumbramos en una arrogancia sin fin.
Por eso nunca he entendido a las grandes casas de moda que endiosaban diseñadores y defendían todo aquello que hacían. O peor aún, hacían depender toda una compañía de ellos.
Esta discusión la he tenido con algún amigo que trabajaba en una marca de lujo con diseñador estrella y que me afirmaba que no se les podía coartar por que "ellos marcan la tendencia" " le dicen al comprador lo que van a llevar". Me cuesta, no lo puedo evitar, porque yo vengo de un mundo donde se escucha al consumidor. Y claro ellos me respondían que "el consumidor, en moda, no sabe lo que quiere". Bueno a veces no solo pasa en la moda. No sabe que necesita algo hasta que lo tiene, véase como ejemplo todos los fans del ipad.
Pero parece que la época de los diseñadores estrella ha llegado a su fin.

Tommaso Aquilano y Roberto Rimondi han sido los últimos en caer. Gianfranco Ferrè les ha puesto de patitas a la calle. Los problemas económicos de la compañía, adquirida el pasado febrero por Paris Group, son, según la firma, las causas de su despido. Desde la debacle en marzo de John Galliano, la lista no ha dejado de engordar: Christophe Decarnin (Balmain), Vanessa Seward (Azzaro), Cédric Charlier (Cacharel) y ahora la pareja detrás de la italiana Gianfranco Ferré.

El caso Galliano demostró que en la permisivilidad al genio todo tiene un limite. Aunque a mi Galiano si hay algo que da es pena. Me pareció un pobre infeliz, borracho y solo que probablemente cayó en una trampa.

La moda pasa por la guillotina. Ni tan siquiera Karl Lagerfeld, la mente detrás de Chanel, está a salvo según algunas fuentes. Las marcas aguantan cada día menos las extravagancias de los diseñadores-estrella. Ya no les convienen. Ahora buscan Sarah Burtons (Alexander McQueen), directores creativos trabajadores, eficaces, de perfil bajo (que gracia me hace esta expresión) y formados en el seno de la casa.

¿Os he dicho que a la par del talento también admiro el trabajo duro? Pues esto ultimo me parece el triunfo del esfuerzo y el tesón. Tras el naufragio (crisis económica) las casas luchan por mantener su identidad y su esencia. Las personalidades fuertes pueden estorbar.

La era de las supermodelos llegó a su fin hace ya bastante . ¿Es este el fin de los superdiseñadores?